miércoles, 29 de diciembre de 2010

Clap clap

(Otros efectos colaterales que me genera el furor del ¡se nos viene fin de año! :)
  

A mi hermana al cielo al perro que no tuve.
Gracias. A las que corren con lanas en las manos para enredarse en todo lo que pasa. 
A usted, vidriero del barrio con su saludo al borde de la manga, por servirme de ancla. 
Chasgrá. A las tostadas al chocolate a la luna a los ojos por verla. 
A la botellita de agua. 
A mi colchón nuevo por elevarme las nociones del paraíso. 
A esas perlas, chistes malos, amigos y as(es). 
Al chapuzón que me espera. 
A las ideas las hojas para dibujarlas y las lapiceras cuando hay qué. 
A la música, la piel, lo que huele. 
Gracias totales, objetos cosas y cosas personas, por las sensaciones.

Una mano no aplaude sola.


lunes, 27 de diciembre de 2010

18/7, SUNDAY.



Ir correteando por las callecitas un domingo, por esas que no tienen pelusas de los plátanos 
-excluyente-.
Más que ninguna me gusta dieciocho de julio ese día, porque parece calle y no avenida.
Como un niño que pega siempre pero por una vez es adorable y dan ganas de abrazarlo y olvidarse de lo perro que suele ser el resto de las horas. 
Jugar a como sí existe para estar nomás, 
para que este domingo la pise yo, y dieciocho veces atravesarla.
Qué rinde culto a los pies que no llegan a ningún lado, no a los escaparates que por hoy no veo. 
Palabra ridícula. 


Mientras dure el domingo es territorio neutro.


Ya no hay bocinas ni boutiques.
Si queda algo en venta es garrapiñada en algún sucucho.
Nadie me da flyers mientras camino, y si los veo son folletos. 
Como sí tuviera el marketing en off.
Y olvidarse que a la mañana siguiente, volverá a encenderse la cooltura a todas luces 
de neón.

sábado, 25 de diciembre de 2010

I


Tengo ganas de escribir. Muchas.
Empecé una historia, y acá dejo el comienzo :)Mi plan es devenirla en más partes. 
No sé si llegarán, pero tengo ganas. Muchas. 



Todo me olía rancio. Rancio entendido como mezcla de humedad y espacio donde las cosas han quedado mucho rato por ahí, y el desorden comienza a ponerse espeso. Así no podía dormir. Además lo oscuro del cuarto hacía el perfume más penetrante, como sí fuera demasiado cierto qué al tener en desuso algunos sentidos, el usado se intensificara por defecto. 
.
A esa idea, que vino en formato imagen, le procedió una viñeta con dos planos pintados
Naranja y azul. 
Era una escena recortada de algunos meses atrás, donde fuimos a escuchar Milongas en un bar y al lado del escenario, las sillas y la barra, había un patiecito con las paredes así. A mí y a quien sería mi gran compinche -ahora me doy cuenta de qué ese contacto verdadero fue nuestro contrato tácito de camaradería- nos llamó mucho la atención. También por las muchas sangrías bebidas. Estuvimos rato viendo bien de qué colores se trataban, pues al volver a mirarlos crecía el contraste, se hacían más azul, más naranja. 
.
Cambié la postura, y me eché de panza con la cabeza hundida en la almohada -tal es mi pose para dormir profundo- a ver si me engañaba. Las ideas ninguneando la propuesta proliferaban -igual que el aroma- así que abrí los ojos y busqué la ventana tratando de atrapar algún vestigio de luz que me devolviera el equilibrio sensorial, y por fin llevara a la deriva del sueño. 
Nada.
Me cansé del propio cansancio y de la actividad de mi psiquis disconexa para con el estado global del cuerpo, generando a toda máquina pensamientos que naturalmente no podía resistir y me llamaban a hilvanar otros tan nuevos como inútiles.
.
Asumí los hechos, y pese al descontento, hice lo único podía: dirigir mi mente en línea recta, o curva, cualquiera distinta a esa espiral aletargada e inconducente.
Opté pensar en qué hacer entonces, a esas horas y con toda la situación a cuestas, incluso yo. 
Primero fue difícil. 
El agotamiento me arrastraba de a ratos de esa vorágine mental, hamacándome a lo onírico y revolviéndome las nociones de realidad. En esa disyuntiva entre estadios estuve minutos, horas quizás -cómo saberlo-. Cuando tal vez caería finalmente en el reino de las zetas, la hamaca violentamente paró de mecerse, frenada por un grito qué me dejó en vigilia y con el oído alerta. 
Ya no olía más a rancio, lo bueno.

miércoles, 22 de diciembre de 2010

Se nos viene fin de año.

(Respondiendo a las quejas por la ceguera imperante,
y  más que simpatizando con esta visión del mundo,
hacemos nuestro aporte en lentes.
Dpto. Defensa al consumidor)


Error. Mal dicho. No "se viene", nosotros vamos hacia él. En esas cinco palabras decanta quién es nuestro rey del mambo: el tiempo. Nos envuelve como un tzunami. Bajamos la cabeza. (Pregunto, ¿qué fue de la libertad, del espíritu revolucionario y la mar en coche?). Ya no pisoteamos el calendario. Ni siquiera lo vamos corriendo de atrás como quien perdió un ciento cuatro y si no marchaste. Lo perdiste, qué va a hacer. Habrá que esperar hasta mañana, y así la cosa se hacía un poco relativa para cada quien, algo más original: unos por la vida perdiendo buses, en estado de espera indefinido. Otros siempre ensamblados acción tras acción -subo al bondi, me bajo, camino once cuadras, saludo a un perro, sigo, pim pam pum- metiendo el doblón de seis años en uno, mientras algunos los sobrevuelan en una alfombra verde. Diversidad, digamos. 
Pero no. Así estamos hechos bol(s)a. La misma bola uniforme respondiendo a un único patrón. 
No hay chance, te viene o te viene. Para colmo todos -menos yo y tres gatos más- lo defienden hasta el punto de hacerlo patria, y ninguneando los ritmos propios izan la bandera temporal, exigiendo cosas a determinadas horas, puntualidad, horarios y todo ese rollo contra natura. 
¡Despertad! 
El otro día encontré un papel donde escribí, vaya a saber en qué trance que no recuerdo, "el tiempo es un patrón sin empleados". Un bolazo. Lo tiré y a otra cosa. Pero acá, en estas líneas que nacen por necesidad de réplica, viene esa frase a mi archivo de memoria titilando como un mail pendiente (me arruinó tanta computadora seguida). ¡Claro qué sí! Patrón -véase lo subliminal en el enramado social, y en esto caigo recién, de implantar lingüísticamente justo ese término cruel- sin empleados, ¡esclavos nomás! Nos chupa, nos vive, sin nada a cambio. 
Nos da su tiempo, bah.

martes, 14 de diciembre de 2010

Cómo está pa zambullirse! (hasta otra primavera).

Las olas y el viento, 
sucundúm sucundúm.


Me parezco a un ovillo de lana -por no usar el cliché del manojo de nervios- así qué, conciliadora, la ventana me soplaba lo que acontecía afuera; sobre todo el azul brillante y un san antonio que le bajaba por el marco. Con lo qué me gustan los san antonios, y el sol en la cara. Peor. Entonces las lanas se me crisparon de estar acá embutida, sin pausa más qué para escusarme, puro baño mucho tirabuzón y cero horas de sueño. Días y noches en cautiverio confrontada a una pantalla sin protector y llena de archivos encaprichados en borrarse cada tanto para qué los haga una y otra vez, niños.
El advenimiento del verano. Me doy cuenta más que por Gregorio y sus almanaques, por el olor. Hace rato lo siento venir, y se me asemeja al aroma del pan de panadería porque también se me hace agua la boca. Llega con sus petates a instalarse y le pongo la sonrisa top ten, grandota y con dientes bien limpios. Especialmente atractivo anda estos primeros días -si fuera vestimenta sería mi media naranja- donde todavía está en la vuelta la prima Berta, y mezclamos el calor la luz y las flores, con vientos no tan calientes. Mmm. Después, la verdad, pierdo casi el interés en lo nuestro.
Por eso me enoja estar tan nerd, tan estresadamente embebida en la computadora justo  los días que puedo sentirme auténticamente leritbe, cual Heidy en la pradera, dejando para el otoño los conflictos existenciales. Donde hacer el amor es tán fácil como tirarme en un pasto al rayo de la estrella más grande y entre brisas y sola, dejando la cara gris por la alegría amarilla en el tostado de la piel. Así, disfrutando nuestra relación hasta el ocaso.
Ahora parece que el After* chabón se está haciendo adolescente y ya no jode tanto. Capaz que hoy sí lo termino. Pero no soy buena para tirarme al agua, aunque esté calor. Mejor me guardo.


* After es un programa de edición para Animación -en mi caso- que uno puede amar y odiar inmediatamente gracias a sus juegos sucios (mugrosos). Además de la primera palabra de un disco muy querido :)

jueves, 11 de noviembre de 2010

Silencios Sonoros



-Las cosas que se ven hoy en día. Arremetía de nuevo esa Señora vestida para ir a misa y como mirando las noticias tragicómicas de Montecarlo, tu televisión. Un señor a su lado vichaba la hora en el aparato plateado que llevaba en la muñeca, con un gesto que me convenció de que lo usaba para excusarse, casi como una muletilla -en esos momentos otros se prenderían un pucho o jugarían con el celular- y que el tiempo no le importaba en lo absoluto. Pensé en aquella palabra que hace poco había aprendido y como recién, sobre todo en la primer frase aquí escrita, la cometía dicharachero: pleonasmo -"hoy en día", pss-. En eso la joven que iba a mi izquierda y en diagonal a la Señora -me supuse- católica apostólica, se inclinó para llegar hasta el morral que colgaba demasiado bajo, tanteó un poco algún bolsillito para sacar un teléfono lleno de pegotines -por bobear me fijé de qué eran, cosa imposible de discernir-, y se puso a mandar un mensaje o sacar cuentas ficticias en la calculadora. Me vino a la mente la predicción que había hecho segundos antes mientras miraba al hombre, y me sonreí. Disfruto montones de observar los comportamientos de la gente. Acto seguido me cuestioné por qué coño no me hice detective, con mi metódica fijación en los detalles, quizá ahora andaría en aventuras de la talla de CSI, aunque con menor presupuesto y sin tanta genialidad en los casos, ni creatividad, ni… definitivamente otra talla. Por un flash me salí de la escena metido en esos pensamientos, así qué dejé de ahondar y medio me reprendí mentalmente por la distracción. Volví a mi tarea de observatorio en ese minúsculo espacio en el que confluíamos siete desconocidos por un tramo de nuestras vidas ídem. Una madre o una abuela atrajo a su nieto o su hijo hacia sí, como un acto reflejo ante cualquier posible amenaza. Un niño siguió comiendo su helado, ajeno y mirando a través de los vidrios traslúcidos el latido propio del yopin en su trajín entre bolsa va y paquete viene. Otro se rascó la nariz, instintivamente. Un suspiro se oyó, algo parecido a un perro cansado, y me molestó un poco no detectar de quién procedía, como si fuera Sherlock perdiendo una pista -me causó gracia sobre dimensionar el hecho, viéndome ya encarnizado en el rol de Grissom-. El ascensor subía lento. Por suerte no hacía calor frío ni nada de eso. Me supuse que los hacían así, controlando minuciosamente la condición de necesariedad -llámese confort- en todos los pasos desde la primer pieza para su manufactura hasta la puesta en marcha del aparatejo, reduciendo al mínimo las variables indeseables. Siempre está la excepción que confirma la regla, dicen. Poco a poco se volvía a la normalidad del silencio incómodo. El asunto ya se disolvía y en directa proporción la tensión en el ambiente. Los suspiros de alivio llegaron a coro mientras se abrían las puertas del taper metálico -ahí se me antojó qué para la Señora sería como ver abrirse las del Cielo- y nos fuimos dispersando por la gran tienda –ya no sospeché, supe que para ella tendría forma de nube, arpa incluida-.
Tanta cosa por un pedo, dios.

viernes, 22 de octubre de 2010

saudade fuera de tiempo

 
Ir.
Así es la cosa, lo sabemos. Pa delante y con la cabeza en pie.
Ir. 
Sin vuelta en reversa. 
Lo sé.
A veces volvía e iba, igual, desafiando esa línea que juega a las fracciones entre
  
 deseo
---y---
deber
A veces iba y volvía. 
Más bien volvía y volvía. Clara tendencia a caer de un lado de la frontera, en el único territorio posible (tan previsible como seguir el fluir, el wish).
Volvía a sentir esa presión atmosférica sospechosa, ese olor tan suyo y añejo 
-como el mejor vino-. 
El aroma le anticipaba (aunque que ironía, anticiparse al pasado) la cercanía de una habitación ya probada. Algo así como la nostalgia aunque con más preguntas e igual disconformidad. 
O sea, 
 veinticinco de julio maya en pleno mayo gregoriano.

 Y así "fue".
Ese momento en contradicción con su ser-como-momento (y entre paréntesis).  
La huida del las horas en su media hora de descanso.
Un sancocho todo eso, entrelazándose (igual que "nosotros", que es como decir nada, e igual lo digo*)para convergir en la línea de tiempo todos en (ning) uno.

 * Por eso ahora yo juego a d-escribir ese episodio a-temporal como si fuera un chicle, queriéndolo alargar entre las letras y el espacio que pongo entre ellas, y sus guiones puntos comas paréntesis curvos y cerrados [que no usé] y tildes y tantas innecesarias “y”, ahora unas comillas, también. Para no dejar de escribir -y mentirme que sigue y que sigue y que...njdsdgashmbcasdjñlfjhas, y seguir alargando con las palabras y las cosas eso que nunca siguió, porque es sabido que los momentos sin tiempo, no existen.- 
Uf.

jueves, 7 de octubre de 2010

con flor, quiero.

  

          - Había un truco. Le habían dicho. 
          Claro ella nunca afecta a los consejos y mucho menos a las predicciones 
          sobre el pasado, dejó caer esas doce letras como un pétalo de margarita. 
          El asunto ahí se empeoró, resulta que la flor recitaba en ese momento el 
          me quiere, y ya no supo qué hacer con tanta querencia a cuestas. 
          Barajó el mazo y optó cambiarla por un trago de bar. 
          Ya había pasado a buenas, y la contra-partida había que bajarla con algo.



miércoles, 29 de septiembre de 2010

Medio vacío, medio lleno.





Ella desayunaba
 o
El-la desayunaba


viernes, 10 de septiembre de 2010

bLAlada

Quería ser una balada.
Se largó embalada,
Y terminó animalada.



Si fuera una paloma
ese silencio zas al volar,
o un topo con sus canales ocultos,
tejiendo una estrategia submundana
y de repente (brrrum) como una magia,
sucumbiera tu montaña.

Un rayón en la pared (crayola roja)
y el halcón negro que lo dibuja,
una mancha imborrable e invasiva al toparse con ella,
elocuente y clara en el borroneo copioso de tu vereda.

O una planta, como un pulpo de mil cuerdas afinadas,
trepadora hasta esa luna platin(h)ada,
rascacielo mojado en llamas.

Melodía conocida
(y no menos verde y fresca y manzana mordida)
como el sonido agazapado
de un muerciélago a contrapelo, 
del radar.
 
Tus notas -viajantes- no erran de rumbo 
me pasean en un vuelo shhhh de paloma,
anti borran de túneles mi morada,
y ahí caigo y me escracho en el muro
-único cimiento en pie de esa ruina- 
y garabateado en rojo me mira un halcón
que a los ojos me silba y susurra,
a los ojos
(y ya no hay antes de esa mirada).

El radar perdió el norte, y no importa:
tampoco queda camino a casa,
ni casa.

lunes, 6 de septiembre de 2010

despojo en letras de esta empañada

Todo este ademán. Devenir sin pecas en la cara aunque muchos mocos. Apagame esa radio. Así como lo invisible tan evidente por contraste. Escribir algo concreto, ahora, en un ser sin concenso con cuarenta o mil o dos heterónimos como parásitos. Imposible. Dibujos. Canciones. Aromas. Letras. Más aromas. Líneas ajenas. Punta de una lana húmeda que quiero continuar tejiendo. Gran maraña. Red de enredo. Y me dan ganas ¿A quién? a mi, la sombra china que revolotea en la pared. Yo, este bastidor azul y sin puertas, y con ganas de ser mariposa. Mundo de palabras. Me empujan. Empujo. Todo mezclado. Todos mezclados. Caterva de niños y viejos aca dentro, queriendo ser. Sacar pa fuera como la primavera, para que adentro nazcan cosas nuevas. Pasame el pop, esta peli no me la pierdo ni loca. Sin meta, sin espera. ¡Qué la apagues, te digo! Si. También me parece que el tiempo ya no será un patrón sin empleados y nos dará fecha. Lo dejamos para otro día, mejor. Ese día.  Y a la mierda primavera.

martes, 31 de agosto de 2010

Sinónimos I

Prurito. No tengo ninguno en escribir esta palabra, pero si bastante en nombrar aquellas cosas que me lo causan. Prurito. Creo que es un vocablo que se inventó como recurso -con evidente reminisencia minimalista- para que un montón de cosas que por sí solas ocuparían bastante espacio desperdigadas por ahí, queden adornando decorosamente el rincón del cuarto. Paradójico lo del adorno cuando pasa lo opuesto, y en vez de pararse uno a contemplar su hechura, su gracia; al divisarlo se opta por mirar para el costado y silbando, como si te he visto no me acuerdo. 
Ahí es cuando el capullo se rompe asomando la polilla*. El prurito chorreando por el borde y a punto de explotar pasa a ser como un absurdo taper atestado de espacio vacío. Prurito. Imponga la moda entre sus amigos y deje de decir, anticuadamente, empanada sin relleno.

* La metáfora refiere al momento en que surge el significado de esto que hablamos y evitamos decir bien que es, que consiste en eso que no hablamos y evitamos decir bien que es.

sábado, 28 de agosto de 2010

Toco y me voy

A veces me viene la loca.
Entonces quiero, quiero agarrar, ¡¡¡quiero agarrar y!!!...Ta, ya se me fue.

jueves, 26 de agosto de 2010

algunos se sacan

la ropa
las dudas
las muchas cosas juntadas en el bolsillo
los años
el nudo de la garganta,
y la corbata
las ganas de tirarse en parapente -pendiente-
los piojos
la nostalgia, dancin
la pereza
algo de encima y lo arrojan a la cama,
o al inconsciente
los kilos de más
las medias agujereadas
los anécdotas en oídos ajenos
los pesos guardados
el pilot

yo las ganas de escribir, nomás.

sábado, 31 de julio de 2010

Una historia con fin. Punto.


      -¡Bingo!                             
-Rayos. Estaba tan cerca...
 The Looney Tunes
Una vez te dije que te quería entretener. Y me dijiste que me dejara de pavadas.
Ahora te canto Serenatas Cadbury, tocata al piano al son de la Bauhaus.
Y ocasionalmente jugamos al Bingo, así sea todo lo que hacemos. Nunca ganamos nada, pa pior perdemos plata a lo bobo y hasta pal boleto de vuelta (y las ganas de caminar por el resto de nuestros días, naturalmente).

Vieja luna nueva viéndonos como un rewin constante, avanzando con ese trapo a jirones verde esmeralda en otros tiempos.
Pateando rambla y lunas empinamos el regreso en silencio, maldiciendo la bolilla y diciéndonos a las tripas -supongo que vos te decís lo mismo, por la manera de caminar e irte mirando los pies con esa mueca como si de no creer pintada en la boca ya desmantelada de rouge-  que viérase personas a nuestros años, en ese andamiaje peregrino cada semana, ¡no es cháchara mijo!
Con garúa  o pinguinos de punta el miércoles siguiente estaremos firmes, igual. Y círculo infinito.

Yo me contento con que hago ejercicio ¡y vos también mujer! que desde esa peritonitis te quedaste cual piltrafa metida en esa casa como si te movieras y a la miércoles las tripas. 
Dicho y hecho, llega ese día y al diablo con todo. Partimos con la rotosa esperanza y la ansiedad inmaculada a cuestas, cual practicante de sexo tántrico, siempre al borde del éxtasis a punto de gritar ese contenido ¡BINGO! 
Pero hoy tampoco toca.

Para subrayar, entre la desgracia diaria de nuestra vida de hipotecas que esa rutina de miércoles sólo resaltaba, así y todo en secreto (tan bien guardado que ni entre nosotros lo chusmeábamos) rendíamos culto a nuestro deja vú mundano. El resto parafernalia. Y cual credo, semana tras semana rezábamos a Mercurio, a Humberto de Vargas o al latón que se cruzara primero por la repetición invariable de nuestro ritual del cuarto día.
Camino de actores.
Vista a la rambla. Postal de esa ciudad que se decía nuestra y que bella tan anochecida.
No olvidando patear alguna piedrita cada tanto, silenciosos y de caras pseudo indignadas nos dejábamos llevar por ese cuadro doble, paisaje espejado en esa sopa mansa nombrada Ramírez. Placer máximo de esa historia repetida.

¿Y si un día al fin ganábamos? ¿Y si nos hacíamos ricos y nos daba el billete para la vuelta en un bus sin más silencios y ufas peatones?
Pero nada de eso.
Caras acostumbradas y sin gloria partimos de regreso por las baldosas que ya estaban impacientes. Otra semana a la espera del premio, al celo de nada que no fuera lo que venía siendo en ese ritual insípido -nuestra felicidad efímera-. 

Otro miércoles. Día aburrido, día gris.
Ida a callas y pesos contados.
Perfecto.
Y así nomás, entre lo más cotidiano de la rutina, vimos salir como espectadores entre las ruinas frugales nuestro número una vez. Otra. Otra. Otra...
- ...¡BINGOOOOOOOOO!
y el grito pelado de nuestro orgasmo contenido ensordeció al plantel de veteranos.
Casi afónicos volvimos a gritar, y mirándonos -tu ya sin mueca en la boca aún pintarrajeada, supongo que yo tampoco- como gladiadores vencedores corrimos (es una expresión literaria, fíjense ustedes que a nuestra edad...) por ese premio, utopía que parecía broma ahora en nuestras manos.
Ya entre abrazos caras iluminadas y en taxi, la pena  invadía los asientos en traje de risa. Iba despellejando nuestra parsimonia esa dicha que empezaba a heder a nostalgia. Al fin el fin.

Tanto juego preliminar para acabar en media frase.

s.o.s.

 arghhhhacemesesquieropublicaralgoyesteblognomedejadecirmasqueestechorreteinmundodeletras

viernes, 4 de junio de 2010

Oda a un tipo rengo [o el tormento del Conejo]


Tiempo
me hallaste guardando los libros y poniendo las botas
para correr
                           para correr de ti
                           delante de ti

para que no me agarres otra vez desprevenida
a destiempo.
               

martes, 4 de mayo de 2010

Re-flexión #1: me dijo alguien



El tiempo es arte


Y a mi me gustó.
Pero así, de primera impresión nomás porque después ya me puse filosófico, y pensé que corno me gustaba si no sé que es el tiempo, mucho menos el arte así con mayúscula -que sospecho fueron sus intenciones aunque nunca comprobé pues verá que no llevó a los hechos- como un ser, también mayúsculo, que reviste todo esas cosas que decimos artísticas. Pero claro, no es eso ni nada que ver, digamos que en un mundo de metáforas sería una gran piñata donde se mezclan sorpresitas de los más variadas -un chifle, algún cande y unos globos entre los papelitos picados para hacer bulto- todo entra en la misma bolsa y congenian bárbaro cual maqueta del barrio de los judíos. 

Pero realmente ¿qué es la piñata? nadie se atreve a decir sin caer en la descripción de ese contenido aleatorio que pierde profundidad, y dada su desgraciada condición tautológica no trasciende del informe: siempre en algún punto de la reflexión de nuevo el principio. 
Sí, se cae de maduro que esto viene a ser un ejemplo de esa super palabra llamada sinergia, que nos tranquiliza en principio argumentando como la cuestión se ennaltece gracias a sus chirimbolos pero estos por sí mismos no pueden explicar lo que es la piñata... Mil gracias. Pero seguimos en el mismo escalón que antes, e irritados por hacernos ilusiones y todavía perdimos tiempo con estas elucubraciones al santo cuete. -¡Suerte en pila! 
Y aca sigo, como un borracho, cual Sabalero desencantado, junto a la barra  que se pregunta lo mismo, sentados al cordoncillo arenoso y blando de la duda -también como el señor, salvo que se sentaba en la vereda, feliz de él-.

Hablando de esa barra compañera ahora comprendo las caras instrospectivas de algunos adultos o algún que otro niño -adelantado él- en ese momento tan crucial, cúspide del placer y adrenalina de un cumpleaños que es antecedido por el grito de A ROMPER LA PIÑATAAAAA bociferado por el padre-madre-tío-tía-primo o animador de ocasión, cuando todos los ojos de la fiesta descansan sobre la Barbie/ OsoGummie/Tortuga Ninja Donatello - todo autobiográfico- que esté ocupando el sagrado y martir rol en dicha ocasión colgando en medio del salón. Y en ese momento se junta todo el anhelo de la horda infante por ver quien logrará insertarle exitosamente el palo de escoba a la pobre tortuga violeta, haciendo rebosar los suelos de chucherias y de niños.


Decía, todos los ojos fijos en ese monumento al éxtasis, menos los mencionados susodichos como diez reglones arriba, que si uno se fija bien también miran pero con otro aire, más que ansiosos por desentrañar su contenido, meditativos por desentrañar su contenido...
Y de repente, ¡PAF! los pobres son coartados en sus pensamientos por el disturbio de esa onomatopeya de piñata al piso, llevando también -páfate- al suelo sus delirios, que caen ante esa disonancia como empujados de una cucheta (¿esos asuntos de la existencia nadarán también entre golosinas baratas, y la manito de algún menor irá a recogerlos de entre medio los chupetines de todo por dos pesos y las YAPA?).


[Qué manera de irme por las ramas, reflexión, sá...]

martes, 13 de abril de 2010

Dícese de la igualdad


"La pintura es mujer" 
-Asegura una parada de la calle San José.



Y el dibujo es hombre.Tomá.

Shh.

(Desaire que admiro y que callo.
Dulce apatía del silencio)

.........

El resto sobra.

Escenario

Escena 1


Estupefacta.
Desafío lo que los iris me cuentan.
¡¿Qué esta haciendo esa chica?!  
Si ni en hacer ni decir... ¡niet!
No quiero ver.
Igual pocos segundos después ya no hay como hacerse la zonza.
Y ahí ella y su show. ¡Pégenle! -y me inserto una patada  por dentro- 
Imperturbable sigue en su coreografía ¿por qué así disfrazada, si quiere verse desnuda? 
Y dale Juana con la matraca, a jugar ese rol que no le encaja -pues sobretodo no cree que siquiera existan, los roles- Pura máscara.
Tanto que se reía desde afuera, y ahí.. ya con pomo y careta en pleno carnaval, entrando a mojar.


Escena 2


Ojalá lo afronterado, ojalá lo inefable
Si por mi fuera ni el asomo de las palabras.
Lo único aceptable en esta materialidad para mi son los ojos, esos que ven y se ven -Y ni siquiera-
Ahí donde juegan las miradas aun sobrevive lo inasible, el instante relativo, ese más de lenguaje de luz y sombras que de palabras
-mal que les pese-
siempre cuadrantes
categóricas
y finalmente el límite, maldito.
Y lo comento/siento/pienso/digo ahora -¿quién se salva? siempre estas perras letras mediatizando hasta esto-
[como un s.o.s, grito pelado al cielo en un antojo de mentira, como si pudiera salvarme, borrar eso que no fui e hice y hecho esta: muralla]
nomás por empriria lo digo, quien aturdida me tiene de dar muestras sobre  la estrechez que le vuelven a  las cosas al sucederse en definiciones linguísticas, descripciones que convierten en espejos acartonados
sensaciones
olores
fuegos
charcos
hechos de otra especia/textura/magia. Informes.


Escena 3


(Desenlace y muerte)
Y ahí ella.
Cabeza hacia la luna como implorándole le permita fluir en ese algo que en total es nada.
Sin palabras  ansias ni gestos pensados.  
Sin  premeditar los hechos o sonrisa estudiada o imágenes anticipadas,  
ni queriendo esas estrategias que su mente le incita -¡dale dale!- a programar.
Luchando con ese heterónimo -ajeno, monstruo-  casi se creía vencedora hasta darse cuenta que no; que sigue hablando y de lo que no le importa, revocando las posibles grietas todavía vírgenes, separándola de sí -del otro- sellando su pequeño muro, ya no tan pequeño, en torno a lo que creía sin fronteras.


--- Baja el telón ---

Un montón de abrojos


Si, un montón ni menos ni igual, gorgojeando aquí dentro.
¿Qué quieren? -Siempre suponiendo qué un x desencadena en otra x pariente equis prima
Capaz que están ahí porque es su razón de ser  nomás.
Allí por algo como la física u otra religión.
Pero yo pienso que quieren decirme algo. Y eso es lo que importa.
Entonces me pregunto qué…
Miento, ya sé,
quieren hacerme mirar mis pasos andrajosos pisando mi alma arriba del deseo ya muchas veces más pisado -y viceversa-.
Ya sé, muevo las piezas cuando me distraigo del tablero, -y eso es siempre-
Y ese maldito caballo que ahora.....
- Jaque...
Pero bueno, escapa de mi–¿mi? Quien soy quién es? 
-Hoy acordamos/acordaste/acordé que vos sos yo, o sea sólo un yo. ¿Te acordás-te?
No sé, no sé si eso esté en mi naturaleza cual Salus, sería dar por supuesto que viene así de fábrica y nomás sé de mis dudas..
Todo esto fue ese caballo, con esa jugada -otra vez-
Me distraje, volé fuera de mi –¿yo?.
Ni tiempo para un movimiento
… mate.

ocaso, acaso

La luna le hinca hondo el diente al sol, comiéndose el día.
Noche
Interludio entre ambos estadios
amanecer, acaso
u ocaso


-depende de que lado de la luna te encuentres-

"yo estoy al derecho, 
sov satse atleuv odad"

Antojo necro turístico (bosque-jo onírico)



Entre un charco a secas
o de tiza celeste, eco del cielo.
Un  giro estrepitoso a ras del suelo
que me revuelve en el anhelo de un tiempo de altura.

Duende caído.

Esas nubes enormes -nunca entrañables-
de choques eléctricos
rondas
café aguado sabor a tierra
gritos fugaces de esas esponjas grises
y ahora tan necesarias.

Incomprensibles deseos en horas de postre
antojo que sólo su agua densa y oscura
-como el cristal brotando de algón tajo terroso
allá lejos, más hondo aún de lo que estoy ahora-

Ya garúa
-pero gotas gordas-
y me sacio la sed en esta lluvia ácida
que me incendia las manos
pies
plantas
uñas
encegueciéndome los ojos y las rodillas
y tan contra incandescente
va extinguiendo el fulgor de otros sueños plateados.


lunes, 22 de marzo de 2010

Aclaraçao - Bonus Track (la ley y el órden)

Ante el revuelo (claro ¡hubo millones!) de planteos inquisitivos,
aclaro:
Sí.
Innaguré este blogSpot de un momento a otro,
pensando en ese juego dialéctico de lleva y trae
entre quien escribe y quien te ve,
surgió de un sopetón lo escrito, es decir lo publicado
pa innagurar el boliche.

Y si bien se ven cuatro "entradas",
¡con la primera las demás son de regalo! -excluyamos esta, con lo que serían cinco- Cual bonus-track.
O un Combo 4 en esta jerga post-moderna tan Manola's:

Disfrute de una seguidilla temática basada sobre una misma obsesión, que por las características propias de escribir y ser leído no puede ser sino las palabras ...y las cosas. Je
Todo atravesado por el mismo eslabón, que empieza por delante ("si tan sólo...") y termina por detrás (#1 2 y 3).
A tomarse un té y reposadamente leer en fila y en órden.

¿O dónde te criaron a vos?

si tan sólo puntos suspensivos

............

Pero terca soy
e insisto en esto de las palabras
creyendo en los puentes que enlazan vocal tras vocal
como si de unir orillas y acortar distancias
cuando las distancias se alejan y distorcionan los paisajes:

Escribo magenta y de risa,
palabras corpóreas
danzantes
de fuego
y olor a canela
que sueñan ser imágenes voladoras e inmensas
como el mar o la vida o un hormiguero.

Se leen metáforas, verdes, globos aerostáticos, Ambrosoli.
El azar y el sujeto -hey, you!- reconvierten lo primero
y esa tercera leída no es sino otra fábula.

Es el encanto.
[La magia también es de doble filo,
para alguien que se empeña en mostrarse por ella]
Lo indivual se desdibuja
se desfigura el sentido para convertirse en millones
miles distintos
cientos de miradas
diez imaginaciones jugando
con una mancha de humendad.

Para mi es la misma mancha.
Y es única, y es eso.

Si tan sólo dadaísta,
palabras diversas y uno o ningún significado.
Contradicciones de un corazón libre
aún insistir en pintar mi retrato en elegidas letras
de mostrarme de algún modo estática
mientras las palabras se matan de risa
revoleándose según el viento.............


pd: Terca soy
y para muestra tres retratos tres.
A continuación:

# 1 Otros

La tormenta pasó.
Supe que estuvo porque brillan las calles
y el asfalto refracta la imagen naranja de los focos.

Veo.

Así ustedes a mi
esa capa de polvo que sucede
tras pasar una por ahí
-con la esencia a cuestas-
ven la planta que esconde la semilla,
embrión esencial.

[Contrariamente a la naturaleza,
aqui el brote no es consecuencia y plusvalor de ese germen.
Aqui es sólo un vestigio,
contrariamente]

La flor vive debajo de la tierra
y no hay tras estas palabras
más que una excusa para esconderme.

Y me veas.

# 2 calcetín

Mis palabras -que no son mías- no dicen lo que dicen
quieren decir otras cosas
que jamás podrán decir, siendo ellas mismas.

Así mi foto en sus manos siempre borrosa.

Finalmente soy un calcetín
no esta mal que me muestre
a medias/

domingo, 21 de marzo de 2010

# 3 decires (o es decir)



Escribo para hablarte.

Será mi boca es más tímida que cinco dedos,
agitándose lapicera en mano sobre esta hoja
[como si ese]
trazo
dibujo
garabato
punto de contacto entre tinta y papel,
se tocara contigo.

Ambos modos son palabras
pero escribo...
¿No fue así como te conocí yo?

El dragón ya escupió las letras
los fonemas juegan la danza del sentido:
las palabras están echadas a suerte.
Y te las muestro
de la forma más cobarde, así
impertérritas, fijas, concretas, sosteniéndote la mirada.

Es que si la boca -valiente-
te habla
no se muestra sola
viene con gestos con ojos con dudas
que hablan más que ella misma.