jueves, 4 de octubre de 2012

del silencio



Anochece y me despierto. Soy como un gallo pero al revés.

La noche sabe a misterio y estrellas, como toda noche.
Además tiene al mar por banda sonora, y al grillo como su animal tótem en estas latitudes.

Llega el crepúsculo y el silencio que seduce a la reflexión. Pero los pensamientos recurrentes cada vez recurren menos.
Ahora en ese espacio invito al deleite del ensueño, entusiasmada por descubrir esas otras que también soy, a expensas del velo del día.

Me desnudo de a poquito, viendo algunos surcos de mi ser conversando con la luna, tras las bambalinas de mis ojos soleados. Descubrí también que cuando me canso del diálogo, la noche que sabe como nadie el lenguaje de los mimos, se calla y me abraza.

Y es cuando más se escucha.


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