lunes, 1 de agosto de 2011

Cacofonía del pudor.



Hace tiempo quiero empezar a escribir, y por alguna razón u otra, al final no me aventuro. No soy escritor, bueno, ahora mismo sí lo estoy siendo (rehúso de esas categorías encasillantes de personas. Que alguien tenga cierto talento, una actividad predilecta o a la que le dedica más tiempo –pudiendo no ser su preferida, a cuántos les pasa- no es motivo suficiente para tal única categorización. O si debe usarse, en todo caso, se bien use: un escritor también es cocinero, si gusta cocinar o lo hace diariamente, aprendiz, basurero, electricista cuando se ocupa de tales tareas hogareñas, barbero, etcétera. Acá mi hipótesis).

Mi inexperiencia escribiente me deja un poco perplejo a la hora de arrancar las letras. Pensé que lo mejor sería comenzar contando mi nombre, datos que ubiquen al hipotético lector o lectora en alguna zona incipiente. Añadir algunos objetos, a fin que se le dibuje cierta imagen mental más detallada y los inmersa (pasaron a ser varios, qué popularidad) en un ambiente más amigable para el relato, de predisposición a.

Pues hoy me resbala todo eso. Debo pedirle perdón a esos preludios y a los distintas inspiraciones que en varios días surgieron para (no)escribir. 
Siendo definitivamente este el día D, le otorgo total prioridad al impulso de hoy, así no sea lo adecuado para inaugurar mi faceta escritoril, carezca de interés lectoral y no corresponda a mis anteriores ocurrencias en su anhelo de calidad literaria. (Si remonto alto desde el vamos, pasado el orgullo inicial, ¡qué presión a posteriori!) (Excusa barata. la verdad es que necesito escribirlo). 


Voy bastante seguido a visitar a una pareja de amigos (p.d.a.) que vive muy cerca. También hay bastante afinidad y confianza entre nosotros, lo cual hace natural ese ir y venir constante entre una y otra casa.
La semana pasada fui dos veces, y en la primera ocasión sucedió algo que considero extraño. Cuando pasé al baño, al levantar la tapa del water, enorme fue mi sorpresa al percibir bajo el agua amarronada un maraño de gran tamaño*. Ahí quietito, mansamente esperando a desintegrarse, o quién sabe qué cosa. Está bien, cualquiera puede olvidarse; yo mismo soy partidario de hacer menos uso del exceso de agua que libera la cisterna cada vez que se utiliza el inodoro. Exceptuando estos casos, claro. 
Bueno, vaya y pase.
Lo verdaderamente raro, es que en la segunda visita, con exacta similitud de los hechos, estos se repitieron. ¿Qué los llevo a optar por tal conducta? ya que habiendo reiteración, creo que se descarta la posibilidad del desliz. ¿Debo creer que lo han tomado como una nueva costumbre ecologista en extremo? ¿Qué será, sino? Siendo ellos gente pulcra... No entiendo. 

La duda queda. Y ya dice el refrán qué pasará sino la despejo. 
Para mi asombro, con esto develé que la sinceridad casi “honestidad brutal” que me caracteriza, tiene su talón de Aquiles cuando de caca se trata 
(hablar, porque escribir ya comprobé que no). 
Si mi estimada p.d.a. llegara a leer esto, ruego me respondan, y por escrito. Gracias.




* La rima fue azarosa. Desdeño de la métrica. (No así del sistemático uso de palabras como "escritoril" o "escribiente". Cuando no hay, hay qué inventar).

5 comentarios:

  1. Qué anécdota de mierda!

    (cuack)

    ResponderEliminar
  2. Uff, el otro día fui a baño dos veces en mi casa, con un intervañlo de dos horas, ponele. La segunda vez, me vi obligada a declarar en mi casa que un caco estaba estancado hacía dos horas en el water, y pedir por favor que la propietaria lo ayudase a salir porque pobre tipo, estaba estancado.

    ResponderEliminar
  3. Sí, Fd. Una caca (...o dos).

    P.S., parece ser más común de lo que parece, uf.
    Guácala :P

    ResponderEliminar
  4. .........jaaa no podés, "es o no es", dada la confianza co p.d.a. pregunte

    ResponderEliminar
  5. ¿es o no es?, aún me dejaste pensando, que tiene de tan extraño que se encuentre un maraño de gran tamaño, en el inodoro de un baño... '!(o soy muy "simple" para interpretar tal creación literaria?)

    ResponderEliminar

bla bla bla